lunes, 1 de diciembre de 2008

¿Que es la crísis "subprime"?

El concepto de crisis financiera es actualmente uno de los más usados en los medios de comunicación. Merodea por radios, en todas las cadenas informativas internacionales, por diarios, revistas y en cada link de internet. Se ha transformado en una vieja enfermedad, que con el paso de los años y el progreso del capitalismo financiero, revive para recordarnos que -en un mundo cada vez más globalizado- un error local se puede transformar en un problema de dimensiones mundiales.

Lo cierto es que pocos entienden la magnitud de una crisis económica, porque pocos entienden como funciona esa gran maquina llamada capitalismo.
Probablemente un carpintero no entienda de aranceles, barreras de comercio, uniones económicas, inversiones extranjeras o cuál es la labor que cumplen los bancos mundiales, o qué quieren decir las últimas cifras arrojadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Simplemente observa como su materia prima aumenta de valor, y no le queda más remedio que subir los precios de sus bellos muebles para poder llegar con el dinero suficiente a su hogar.

Nuestro carpintero sentirá escalofríos cuando a fin de mes vaya al supermercado y vea que todo esta más caro. Quizás pueda asimilar que –como a él le sucedió- algunos costos productivos se hicieran más caros, y se tradujeron en un alza general de precios.

Esa alza se llama inflación, y si el carpintero no va a clases de economía o no se informa, simplemente no entenderá y se verá afectado al igual que todos los demás carpinteros de su país.

La inflación es el enemigo de las economías locales e internacionales. Actúa como un virus que se esconde en todos los mercados, y si no se sabe controlar, aumenta su capacidad destructiva.
El caos proviene cuando los precios comienzan a subir descontroladamente. Si un refresco costaba quinientos pesos, al mes siguiente podría costar el doble. Los sueldos no subirán, y disminuirá el poder adquisitivo.
Usted podría pensar que la solución es aumentar el dinero que gana cada persona, pero los resultados serán opuestos, y se caerá en un círculo vicioso del cual será más difícil salir.

Este fenómeno no es más que una consecuencia de la inestabilidad que se genera en las economías mundiales, y que como son llevadas por seres humanos, la perfección no existe y siempre habrá un porcentaje de inflación. Lo importante es saber controlarla mediante buenas políticas económicas y mantener los mercados fluidos, incentivando inversiones que reactiven el libre juego de oferta y demanda.
Es difícil llegar a niveles bajos de inflación, porque paradójicamente entre más se intervenga en la economía, más inestable se vuelve. Simplemente los precios se deben reajustar solos, por medio de esa misteriosa mano invisible que alguna vez mencionó Adam Smith.

La inflación es una consecuencia de las crisis financieras. Por eso me ocuparé específicamente de la “crisis subprime”, porque he querido comenzar con el final de una herida que actualmente tiene a todas las economías ensangrentadas.

Esta crisis es la consecuencia de un error garrafal: algunos bancos norteamericanos crearon el año 2006 un crédito hipotecario accesible para cualquier persona. Lo normal es exigir ciertos requisitos, como una renta fija que pueda sustentar los préstamos pero aquí eso no importaba. Aprovecharon la alta demanda inmobiliaria para financiar los altos precios de las viviendas, he incluso prestaban más dinero con el fin que los endeudados pudiesen tener cualquier bien que quisiesen y terminaran pagando más.

“¿Usted quiere dinero para comprarse una casa? y ¿porqué no pide más dinero y aprovecha de comprarse un automóvil del año?”. Muchos no se resistieron a esa “bondad crediticia” y accedieron a suculentos préstamos que no podía pagar.
Producto de los “créditos subprimes” comenzó a circular más dinero en la economía norteamericana. Todo indicaba que aumentaba la calidad de vida y el poder adquisitivo de sus ciudadanos.

Pero las personas no podían pagar los créditos, y los bancos comenzaron a quedarse sin circulante. El dinero desapareció, y los embargos no suplieron la cantidad prestada.
Las personas que habían dejado todos sus ahorros en las casas financieras, se alarmaron al ver que su dinero corría el grave peligro de desaparecer.
Se generó una especulación financiera, es decir, surgía una idea que los bancos podían quebrar y que la mejor opción era retirar todo el dinero antes de que nadie respondiese.

Todos se alarmaron y comenzaron a retirar su dinero de los bancos, dejándolos sin circulante para continuar con sus labores financieras. No tuvieron más remedio que declararse en quiebra, tal como si esas especulaciones hubiesen sido una crónica de una muerte anunciada.

Cronológicamente, en junio del 2007 el banco neoyorquino Bear Stearns anunció la quiebra de dos de sus fondos especulativos a raíz de las "subprimes", y se convirtió en la primera víctima importante de la crisis.
Le siguieron bancos internacionales que participaban activamente en la economía estadounidense, como el banco alemán IKB, que tenía gran protagonismo en el mercado de préstamos inmobiliarios.

Como Estados Unidos es una de las economías más importantes del mundo, cuando su bolsa de comercio cayó considerablemente, repercutió intensamente en aquellos países que mantenían estrechas relaciones económicas.
La crisis se expandía por el mundo, y cualquier país que mantenía relaciones económicas internacionales comenzaría a verse afectado.

El dólar se volvió muy inestable, y los productores de todo el mundo se vieron afectados cuando sus materias primas comenzaron a costar más. Aumentaron los costos productivos y no las ganancias (como le ocurrió a nuestro carpintero)
Eso repercutía en las economías locales, que se volvían inestables y ahuyentaban las inversiones extranjeras.

Así comenzó una lucha desenfrenada por inyectar cuantiosas sumas de dinero a las bolsas de comercio. La idea es generar liquidez para reactivar la economía, para que se estabilicen los valores bursátiles y las personas adquieran confianza suficiente para gastar su dinero sin preocuparse del riesgo a que todo suba.

Afortunadamente Chile no se ha visto tan perjudicado. El alza del precio del cobre nos permitió potenciar nuestra economía, que además se vio favorecida por las buenas políticas económicas llevadas por el Banco Central y la Superintendencia de Valores y Seguros.
Donde si nos vimos perjudicados fue con los Fondos Provisionales y de Inversión que circulaban en el mercado internacional, específicamente en Estados Unidos. Ahí si hubieron perdidas considerables, y lamentablemente nadie podrá responder porque esos riesgos son parte de las reglas del juego.

Todos los países buscan la manera de estabilizar el caos de la crisis “subprime”. Como ya dije, una manera es mediante la inyección de paquetes de rescate capaces de compensar la falta de préstamos, restaurar la confianza de los inversores y limitar los efectos de propagación de la crisis.
Otra forma es mediante una reestructuración de las deudas, como reajustar las fechas de pago para que se paguen los créditos, o simplemente reducir la deuda con el fin de perder menos dinero.
También se puede ajustar con una regulación y supervisión bancaria que vuelva la confianza de devolución de los ahorros y pagos de deudas.
Es importante mencionar que para este caso, los gobiernos deben procurar que los bancos sean mas responsables y que efectivamente paguen los prestamos dados por el Estado.
Una última forma de reactivar las economías es mediante los controles de capitales, es decir, controlar y limitar las entradas y salidas del capital.

El panorama actual sigue inestable. Todavía no vuelve la confianza de los inversores y los paquetes de rescate no han entregado los resultados esperados. Sólo queda esperar que el tiempo y la mano invisible permitan una estabilización económica internacional, y por otro lado, que los consumidores –pese a la gran consecuencia de la crisis: inflación- continúen endeudándose y gastando dinero.

(LA CRISIS REPRESENTA LA DECADENCIA DE UN SISTEMA QUE PROFESA LIBERTADES, PERO QUE EN REALIDAD SE CONTRADICE CON LAS MEDIDAS DE SALVATAJE... LA VERDAD ES QUE SE HA DISTORCIONADO Y SUBESTIMADO EL PODER DEL DINERO. AHORA TODOS SUFREN PORQUE SU PLATITA DESAPARECE, Y PREFIEREN LLORAR CON LOS OJOS CERRADOS)

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